En el actual México el proceso de conformación de las diversas manifestaciones del son, incluido el que influiría al mariachi contemporáneo, tiene al menos tres siglos de desarrollo, y se remonta a la Nueva España. Existen diversas manifestaciones regionales del son con su propio discurso musical, dotación instrumental, forma de cantar, bailar y literatura asociada a ellos. En dicho proceso como en todos los de la Nueva España se verían imbricadas influencias occidentales importadas de Europa, de los pueblos africanos y los indígenas. En la segunda mitad del siglo XVIII el término ya aparece citado como tal, y su diversificación y expansión regional hacia mediados del siglo XIX es posible gracias al proceso de secularización nacional que permitió el desarrollo de la música fuera del ámbito religioso.